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Las tapas y manillas son componentes esenciales en muchos envases plásticos, proporcionando funcionalidad y facilidad de uso. Su fabricación sigue un proceso altamente eficiente conocido como moldeo por inyección. Aquí te explicamos cómo se llevan a cabo:

  1. Diseño del molde: Antes de comenzar la producción, se diseña un molde específico para la tapa o manilla deseada. Este molde determina la forma y los detalles del producto final.
  2. Inyección del plástico: Materiales como PP (polipropileno) o HDPE (polietileno de alta densidad) se calientan hasta alcanzar un estado líquido. Luego, se inyectan en el molde bajo alta presión.
  3. Enfriamiento: Una vez que el plástico llena el molde, se enfría rápidamente para solidificar la pieza. Este paso garantiza que las tapas y manillas mantengan su forma y funcionalidad.
  4. Extracción: Las piezas terminadas se retiran del molde y pasan a una línea de producción donde se realizan ajustes adicionales, como el roscado en las tapas.
  5. Control de calidad: Cada tapa o manilla se somete a pruebas rigurosas para garantizar su durabilidad, ajuste y acabado.

Este proceso asegura que las tapas y manillas cumplan con altos estándares de calidad, ofreciendo a los consumidores un producto funcional y confiable.

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